Se suele decir que el equinoccio y el solsticio son oportunidades para observar tanto el medio en el que nos encontramos como nuestra relación con la naturaleza.
El equinoccio de primavera marca el fin del invierno y para muchos, según sus creencias, aprovechan la llegada de éste fenómeno para llamar a la vida, a la abundancia o el amor. Otros buscan salud o simplemente protección.
En el hemisferio norte comenzará a vivir el equinoccio de primavera y el hemisferio sur, el equinoccio de otoño. Se trata de un día en que la luz y la oscuridad se encuentran en perfecto equilibrio, (hay equidad) razón por la cual se le brinda ese nombre: “equinoccio”quiere decir “noche igual”.
El equinoccio, para las culturas y civilizaciones más cercanas a la naturaleza, resalta el ingreso del Sol al signo de Aries, un signo de fuego asociado con la acción y el comienzo.
acciones para pedir a los «dioses» energía positiva y
salud.
Necesitas:
- Una campana, pandereta, o cualquier instrumento musical que tengas en casa
- Un incienso, preferiblemente de sándalo
- Una vela
- Semillas y frutas
Pasos:
Toma el incienso en tu mano y haz el mismo recorrido que con el instrumento.
Termina con la siguiente oración:
Que nuestra Madre Tierra Naturaleza llene de amor nuestros corazones y de luz nuestro entendimiento, que proteja lo sagrado de nuestro hogar y nos permita habitar en paz.
Al finalizar, apaga la vela. Puedes guardar las semillas en un pequeño saco de tela del color que prefieras y llevarlas contigo como un amuleto durante toda la estación.
Recuerda que éstos ciclos naturales que siempre han tenido en cuenta las diferentes culturas ancestrales, es un excelente momento para reconectar con nuestros propios tiempos, contactar con nosotros mismos, permitirnos explorar nuestras propias luces y sombras, honrar nuestro propio equinoccio, que no sólo se complementan, sino que son parte de nosotros mismos.